El Hambre Como Medio Para Alcanzar El Éxito
Reflexión Parte 1
Algunos libros, biografías y artículos que estoy leyendo, me llevaron a pensar en, ¿qué tenían en común las personas que consiguen éxito, tanto financieramente como espiritual, y en su vida personal? los cuales son mentores ahora en día, quizas famosos y sobre todo, ejemplos a seguir; por mencionar algunos, me refiero a Tony Robbins, Oprah y Elon Musk, entre otros, así que parte de la conexión que tienen, es que aparte de que fueron muy pobres la mayoría, por no decir todos, que quizá me puedo incluir en esa categoría, sus familias tuvieron dificultad económica, carencia de prosperidad, y en varios casos debieron pedir comida, y llegar a puntos tan extremos que esas mismas situaciones desencadenaron sus primeros pasos para un aprendizaje, que años después iban a dar sus mejores frutos.
Es de agradecer no haber tenido necesidades tan extremas, pero, si lo analizamos, al final fue un punto a su favor, porque aunque la situación haya sido difícil, estos seres que literalmente aguantaron hambre, empezaron a crear herramientas para despertar su genio financiero y no tener que pasar una circunstancia parecida como esta nunca más.
A partir de aquí, es evidente que la comida es un punto determinante en nuestras vidas, es lo que puede definir llegar al éxito, (no digo fácil, pero quizas antes que la media), o determinar el haber experimentado comodidad.
Estas comodidades nos ha quitado el apetito de ir a por más, no tuvimos que pensar, ya que lo limitado que se tuvo, sacio nuestra hambre, así que nuestro genio financiero despierta en una edad adulta comúnmente, cuando nos percatamos que esa falta de deseo literal en la infancia, se convirtió en escasez de apetito, a una escala mayor ahora en día.
Hay un único aspecto que nos paraliza de experimentar el triunfo (cada uno tiene una definición propia) y es con seguridad, no poseer hambre, es decir, no tener hambre de abundancia, no tener gula de victoria, no tener curiosidad de tantas y tantas cosas que deseamos. Nos saciamos con lo poco que nos damos para sobrevivir, llevando esa existencia pasada a convertirse en una realidad, adentrándonos en un vórtice sin un fin.
Así que la pregunta es ¿tienes hambre de éxito? O simplemente te conformas con lo que te han ofrecido y ahora sigues ofreciéndotelo tú mismo.